RENFE se ha cubierto de gloria. Ha proyectado trenes que no caben por los túneles, y al unisonó bloquea el servicio de cercanías de Madrid. Ayuso acusa a Sánchez de que no invierte en la capital de España sino en Cataluña. Mientras, los presidentes de Asturias y de Cantabria ponen el grito en el cielo y acusan a la empresa y al Ministerio de tener durante dos años escondido el problema. Revilla, a pesar de ello, salva a la ministra actual y dice que está seguro de que no lo sabía, pero no piensa lo mismo de su antecesor. Las simpatías y antipatías están claras. La primera aún puede conceder prebendas; el segundo caído en desgracia, no.
Alguien también podría reprochar a los presidentes de las respetivas Autonomías que tampoco ellos debieron de tener mucho interés durante esos dos años por averiguar cómo iba el proyecto. El PSOE gobierna en Asturias y cogobierna en Cantabria y el asunto tiene visos de dañar los resultados electorales, con lo que el Ejecutivo no ha tenido más remedio que sacar la chequera y prometer al personal en compensación hasta 2026 el gratis total en el servicio de cercanías de ambas Comunidades. El Gobierno se siente generoso, pero, como siempre, lo hace con dinero ajeno, con el erario público, es decir, con el de todos los españoles. Otras Comunidades, que también tienen un sistema deficiente de ferrocarriles, se preguntan por qué no pueden sentarse en la misma mesa. ¿Quizás porque sus gobiernos no son del PSOE?
A su vez, la ministra de Transportes, por los mismos motivos electorales y después de resistirse mucho, ha cesado a la secretaria de Estado y al presidente de RENFE, miembro del PSC, secretario general de la Presidencia de la Generalidad de Cataluña con José Montilla e historiador y librero de profesión. Algún malintencionado podría preguntarse si no está ahí la justificación de las anomalías en las medidas. Ahora bien, si a una licenciada en medicina se la puede nombrar ministra de Hacienda por qué no a un historiador y librero presidente de RENFE. Lo importante es que sea del PSC y por eso, para que se mantenga la cuota, el recién nombrado también lo es, aun cuando le hubieran cesado de secretario general de Industria por el fracaso en la administración de los Fondos Europeos del ERTE de automoción. Es de lo poco que ha trascendido hasta ahora acerca de dónde han ido los recursos de la ‘Next Generation EU’.
Bueno, algunas cosas más se van filtrando, flecos de información: que si se subvencionan ventanas, puertas y paneles solares; que si ese carril bici del Ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid, que encima no quieren los vecinos; la APP de Muface y otras muchas baratijas. También, parece que se están sufragando con los fondos los anuncios en televisión, propaganda y publicidad para mostrar las muchas cosas que hace el sanchismo. E incluso -imitando el plan E, de triste memoria- de Zapatero dinero a los municipios para que hagan obrillas. Con lo bien que vendrían los susodichos fondos para arreglar la sanidad, la justicia y para construir viviendas sociales en alquiler, y dejarse de zarandajas y utilizaciones alambicadas.
España ha recibido la visita de una comisión del Parlamento Europeo dispuesta a examinar la ejecución de la ‘Next Generation EU’. Al frente de ella Monika Hohlmeier, presidenta de la Comisión de Control Presupuestario. Hohlmeier, antes de venir, envió una carta al Ejecutivo español manifestando, más o menos, que matarile, rile, rile, que no sabía dónde estaban los recursos que se habían enviado. En eso no se diferenciaba mucho de los diputados nacionales y en general de la población española. Calviño se ha enfadado mucho y cuestionó la neutralidad de la delegación con el argumento de que estaba compuesta por políticos y no por funcionarios, como si fuesen funcionarios los que el Gobierno nombra al frente de empresas públicas y organismos. La descalificación se ha basado también en que en la delegación hay muchos españoles. ¿Y por qué extrañarse? Habrán venido a ver si así se informan de lo que no pueden averiguar en el Parlamento español.
La delegación se ha ido como ha venido, sin enterarse de nada. El Gobierno y sus portavoces mediáticos se han mostrado muy satisfechos porque la Comisión ha declarado que no han encontrado fraude. Solo faltaba que en estos tres días lo hubiesen hallado. Hohlmeier, con lenguaje diplomático, dijo algo mucho más grave, que hay ausencia de transparencia, es decir, que no se conoce ni adónde van ni dónde se encuentran ni cómo se decide su destino. De eso ya se preocupó el Gobierno, de que todo estuviese en sus manos, atado y bien atado, y de que los demás se enteraran lo menos posible. Parecerá increíble, pero contó con la inestimable colaboración de VOX. Sin ellos, la ley no se hubiese aprobado.
Y es que el partido de Abascal, cuando menos se le espera, actúa de muleta del sanchismo. Ahora plantea una moción de censura que va a ser un show. Bien es verdad que Sánchez presentó una que fue una danza fantasmagórica, y un oprobio. Dio una cabriola mortal, un salto cualitativo en la política española, pactar con los que acababan de dar un golpe de Estado y con los sucesores de ETA, al tiempo que se disponía a comprar con dinero público todos los votos necesarios.
Tamames ha aceptado el reto. Dice que es una oportunidad única. Pero hay etapas en la vida en las que lo más digno es arrinconar las oportunidades, a no ser que se piense pasar a la historia como Sánchez. No deja de haber quienes ruegan al catedrático de Estructura económica que, por lo menos, cuando salga al atril no de saltitos como lo hace Biden para demostrar lo joven que está, porque el actual presidente de EE. UU. con sus saltitos y carreritas armó la de Dios es Cristo en Afganistán, y se corre el peligro de que nos meta en la tercera guerra mundial, que con el tema de las armas nucleares no es ninguna bagatela. Da la impresión de que quiere que la guerra se prolongue, pero por apoderado y lejos de EE. UU.
Ucrania va a quedar arrasada. Cuanto más dure la contienda, más negocio para EE. UU., y peor le irá a la economía europea. Cada vez que la presidenta de la Comisión y el alto representante, con saltitos o y sin satitos, adoptan tonos bélicos y anuncian medidas contra Rusia hay que ponerse a cubierto e ir a mirar los daños que van a caer sobre Europa.
Biden ha ido a Kiev a mostrar total apoyo y solidaridad a Zelenski, siempre que sea a distancia, claro, y en plan bravucón ha sostenido que si China vende armas a Rusia habrá graves consecuencias. ¿Para China o para Europa? ¿Por qué será que hay gente que no sabe retirarse con elegancia a tiempo? Parece que se olvidan de que tal como lo fueron en el pasado, serán polvo de estrellas.
republica.com 2-3-2023